El reciente anuncio del ministro de Justicia y Derechos Humanos, Mariano Cúneo Libarona, ha generado un fuerte revuelo en la esfera política y social. Al poner fin a una serie de acuerdos entre el Estado y la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo, el funcionario argumentó que los fondos destinados a la ONG representaban un significativo «malgasto» de recursos públicos.
Libarona destacó en su cuenta oficial de X que la administración anterior había otorgado a las Abuelas un monto equivalente a $2.300 millones actuales, y aseveró que su gestión no tolerará el despilfarro del dinero de los argentinos. Este comentario ha despertado la indignación de varios sectores de la sociedad.
Desde el Gobierno no se ha especificado con claridad cuáles eran los términos del acuerdo existente, lo que ha dejado espacio para la especulación y el descontento ciudadano. La falta de transparencia en las decisiones gubernamentales es un elemento que usualmente enciende los ánimos de la población.
Reacciones al anuncio del Ministro
La respuesta no se hizo esperar. La legisladora porteña, Victoria Montenegro, se pronunció a través de la misma red social, arremetiendo contra el ministro: «Te respondería con argumentos, que tenemos de sobra, pero como sos una persona turbia como todo el gabinete del gobierno, te diría que en primer lugar te consigas una consigna propia porque a Macri no le fue bien con esa y después que recuerdes que las Abuelas enfrentaron a la dictadura y cambiaron la historia. ¡Mirá si no van a resistir a un personaje patético como vos!». Su tuit refleja un sentimiento de defensa hacia las Abuelas, quienes han sido referentes en la lucha por los derechos humanos en Argentina.
El legado de las Abuelas de Plaza de Mayo
La Asociación Abuelas de Plaza de Mayo ha sido fundamental en la preservación de la memoria histórica del país y en la búsqueda de justicia para los desaparecidos durante la última dictadura militar. Su inquebrantable compromiso ha marcado una pauta en la lucha por los derechos humanos en Argentina, lo que hace que su trabajo y los recursos destinados a ellos sean temas extremadamente sensibles.
A medida que se desarrollan los acontecimientos, es crucial que los ciudadanos permanezcan atentos y exijan claridad y rendición de cuentas al Gobierno, especialmente en lo que respecta a temas tan delicados como los derechos humanos y la memoria colectiva.