En las últimas horas, un escándalo de dimensiones inesperadas ha estallado en torno a Jorge Lanata, que se suma a su ya delicado estado de salud. La controversia comenzó cuando sus hijas, Bárbara y Lola, decidieron presentar una solicitud ante la Justicia para solicitar la declaración de insania de su padre, lo que ha levantado una ola de especulaciones y rumores.
Además, la situación se complicó con la denuncia hacia Elba Marcovecchio, la pareja actual de Lanata. Recientemente, se han filtrado videos y audios que la muestran revisando el escritorio de Lanata, lo cual ha suscitado sospechas de que estaría tratando de ocultar o sustraer objetos de valor, entre los que se mencionan costosas lapiceras y otros artículos de lujo, como obras de arte y relojes de oro.
Las declaraciones que complican el panorama
En medio de este mar de controversias, Jorge Rial, en sus programas, ha añadido más leña al fuego al revelar que Marcovecchio solía llevar postres a la clínica donde se encuentra Lanata. Sin embargo, la amiga y abogada de Elba, Lara Piro, ofreció su perspectiva sobre la situación. Según Piro, Elba tenía un determinado poder otorgado por Jorge para administrar sus bienes, evitando así la venta de algunos cuadros mientras Lanata no se recuperara.
Piro explicó, “Jorge sabía perfectamente quién lo rodeaba. A lo largo de su relación con Elba, enfrentó numerosas internaciones, muchas de ellas críticas. Siempre existieron tensiones económicas con su familia”. Esto demuestra que la relación entre las dos familias está marcada por desconfianzas y enfrentamientos, revelando un trasfondo de conflictos financieros.
La complejidad de las relaciones familiares
El relato de Piro plantea cuestiones interesantes sobre las dinámicas familiares. Se mencionó que la primera esposa de Jorge Lanata, Andrea Rodríguez, tenía ciertas reservas hacia su segunda esposa, Sarah Stewart Brown, y que consideraba que existía una clara división entre familias ricas y pobres. La unión de las hijas, Bárbara y Lola, en la solicitud de insania podría interpretarse como una manifestación del conflicto persistente entre estas dos ramas familiares.
Piro también reveló que, aunque Jorge se comunica, su estado mental no es el óptimo. Se expresó que, en una conversación reciente, solicitó a Elba que lo contactara con un conocido de su pasado, lo que sugiere un deterioro significativo en su salud cognitiva. “Elba nunca deseó que se llegara a esta situación; su intención siempre fue proteger una imagen positiva de Jorge”, indicó Piro.
Finalmente, se destacó que a pesar de las peticiones de sus hijas, Jorge decidió casarse con Elba y no realizó el testamento que le recomendaron sus primeras esposas. Esto ha dejado una huella de inseguridad en cuanto a sus bienes, aunque esta decisión fue tomada bajo su propia voluntad. En este contexto, se hace evidente que hay muchos elementos en juego, desde la salud de Jorge Lanata hasta los intereses en disputa entre su familia y su pareja actual.